Desde hace algunos años me desnudo a través de la escritura. Considero que me gusta lo suficiente como para regalarme este espacio y compartirlo.
Me la gozo tratando de contar lo que me pasa, poniendo palabras a mis experiencias, mostrando cómo me siento, con qué disfruto y chillo, con qué lloro y me asusto.
Aquello de lo personal es político atravesó mi cuerpo por necesidad de purga antes de conocer la frase y su significado. Ahora me exploro a golpe de palabras previamente a ser diseccionada por lxs otrxs a través de sus lecturas.
Escribir me resulta necesario y por eso lo hago. Les lectores forman parte de este proceso que en primer lugar me satisface a mi, y que si germina en otrxs culmina la experiencia. Proporcionandome paz y calma. Publicarlo es una dialéctica entre mi mirada y la realidad consensuada. Es un interrogante y un posible punto de fuga.
– ¿Cuál fue el momento en que la escritura se hizo tan necesaria? -.
Sé que fue mucho antes de partirme el cuello y comenzar mi metamorfosis. Una transformación que a medida que modificaba mi forma de hacerlo todo y moldeaba un cuerpo, nuevo y cambiante, sin mi aprobación, también creaba una nueva forma de mirar el mundo en el sistema que habitamos.
Trato de controlar las formas y el estilo porque aquello de ser comprendida por mayorías amplias siempre transita por mi cabeza cuando busco la palabra adecuada o la idea que subyace en un párrafo.
Esta pauta me limita en ocasiones, me mantiene en una escritura cómoda que a pesar de tener escondites donde jugar con lo oscuro, sucio y seductoramente desconocido, deja guardadas demasiadas palabras en carpetas de mi escritorio con aquellas vomitonas que pueden no gustar, no entenderse y que solo podría regalarle a Facebook si respondiera sinceramente a su pregunta estrella – ¿Qué estas pensando? -.
En consecuencia he decidido crear este espacio, donde lo correcto e incorrecto puedan convivir más allá de mi ordenador.
Dispuesta a ser desaprobada. Permitiendo que a través de la escritura salgan mis interrogantes más sinceros. Abierta a detenerme en lo que apesta a rancio, y preguntarme si fui o no sincera y porqué. Crear un espacio donde puedan tener cabida mis pedradas mentales y las de quién pueda reconocerme como semejante.
Tengo un objetivo a modo de climax: modificar el imaginario que nos obliga a habitar el cuerpo con diversidad funcional con olor a pena o superación, cuadriculando nuestras vidas y dictando una condena que algunas no pensamos cumplir.